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Los conflictos entre vecinos de una misma comunidad suponen un gran problema para esta y para el administrador de fincas, ya que tendrá que emplear unos recursos adicionales de tiempo y dinero que deberían guardarse para otros problemas más serios.

En las comunidades de vecinos el administrador de fincas también se encarga de generar unas normas de convivencia para adaptarlas a la comunidad.

El mediador ayuda desde un punto de vista imparcial a que las partes del conflicto lleguen a un acuerdo y resuelvan los conflictos de manera pacífica, colaborativa, y sin tener que llegar a mayores como juicios.

El mediador en estos casos puede ser externo, el propio presidente de la comunidad o el administrador de fincas. El presidente en estos casos, sí tiene autoridad para resolver conflictos que deben cesar como las actividades molestas que deterioran el bien común del resto de la comunidad.

Los problemas en las comunidades de vecinos varían desde disputas por ruidos molestos hasta diferencias en el uso de espacios comunes o disputas sobre límites de propiedades. Sin embargo, la mediación vecinal ha surgido como una herramienta efectiva para resolver estos conflictos y fomentar la armonía en nuestras comunidades.

¿Cuándo se usa la mediación vecinal?

Algunas de las situaciones más comunes son:

  • Acosos en la comunidad
  • Molestias por obras, ruidos, fiestas…
  • Desatención de los espacios comunes
  • Molestias de convivencia
  • Uso indebido de las zonas comunes

La mediación vecinal es un proceso voluntario y confidencial en el que un tercero neutral e imparcial, facilita la comunicación entre las partes en conflicto y les ayuda a encontrar soluciones mutuamente aceptables. El mediador no tiene poder para imponer decisiones, sino que actúa como un facilitador imparcial que ayuda a las partes a identificar sus intereses y necesidades, explorar opciones y llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos.

Ventajas de la mediación vecinal:

La mediación vecinal es que promueve la resolución de conflictos de manera pacífica y cooperativa. En lugar de recurrir a acciones legales o confrontaciones directas, las partes involucradas tienen la oportunidad de expresar sus preocupaciones.

Esto no solo ayuda a evitar tensiones y resentimientos prolongados, sino que también fortalece las relaciones entre vecinos y promueve un sentido de comunidad.

  • Ayuda a mejorar la convivencia
  • Evita mayores confrontaciones
  • Preserva las relaciones vecinales
  • Mayor rapidez para la resolución de un conflicto
  • Menos coste que otros procesos
  • Flexibilidad del procedimiento
  • Mayor cumplimiento de acuerdos. Al no estar impuesto el resultado por un tercero, es más probable que ambas partes se comprometan al cumplimiento de los acuerdos.

Además, la mediación vecinal es un proceso más rápido y económico que la vía legal. Los tribunales suelen estar sobrecargados de casos, lo que puede llevar a demoras significativas en la resolución de disputas. Por otro lado, la mediación puede programarse rápidamente y, en muchos casos, puede lograr resultados satisfactorios en una o unas pocas sesiones.