Como si de ciencia ficción se tratase, el Parlamento Europeo ya propuso en 2017 seis leyes que normalicen una futura convivencia con robots. Algo similar a lo que vimos en la novela de Isaac Asimov, parece que la irrupción de la IA ha llevado a los organismos internacionales a la necesidad de crear esta normativa, o por lo menos un borrador que sirva para un futuro no tan hipotético. Esta normativa, regularía el uso y empleo, así como los posibles problemas que pudieran surgir:
- Los robots deberán contar con un interruptor de emergencia. Para evitar cualquier situación de peligro.
- No podrán hacer daño a los seres humanos. La robótica está expresamente concebida para ayudar y proteger a las personas.
- No podrán generar relaciones emocionales.
- Será obligatoria la contratación de un seguro destinado a las máquinas de mayor envergadura. Ante cualquier daño material, serán los dueños quienes asuman los costes.
- Sus derechos y obligaciones serán clasificados legalmente.
- Las máquinas tributarán a la seguridad social. Su entrada en el mercado laboral impactará sobre la mano de obra de muchas empresas. Los robots deberán pagar impuestos para subvencionar las ayudas de los desempleados.
Los robots tienen sentimientos