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En un testamento quedan recogidas las últimas voluntades y el reparto de bines, derechos y deudas de un testador. Impugnar un testamento se refiere a considerarlo como nulo debido a no estar de acuerdo con lo concertado por el testador.

La mayoría de las impugnaciones de testamentos vienen derivadas porque el testador deshereda de forma injustificada a alguno de sus herederos o por problemas de forma del propio testamento que permiten que pueda impugnarse. Sirve para conseguir una distribución justa y equitativa entre los herederos, sobre todo se impugnan los casos en los que un heredero no está conforme en el reparto de los bienes, siendo perjudicado en comparación con otros.

Para impugnar un testamento es necesario saber la “capacidad testamentaria” de la persona que va a dejar ese testamento (testador), para ello es necesario un perito, que compruebe si el testador se encuentra en sus plenas capacidades mentales a la hora de realizar el testamento. este perito es necesario para realizar un informe pericial psicológico o psiquiátrico con validez.

Es importante tener en cuenta que existen distintas causas por las que se puede impugnar un testamento como:

  • Coacción

Si se demuestra que el testador fue forzado o amenazado para hacer el testamento, puede ser impugnado por coacción. En este caso, se debe demostrar que el testador no actuó libremente y que fue obligado a hacer el testamento contra su voluntad.

  • Violencia

Si el testador fue víctima de violencia física o psicológica que lo llevó a hacer el testamento de una manera que no reflejaba su voluntad real, el testamento puede ser impugnado por violencia. Se debe demostrar que la violencia afectó a la capacidad del testador para hacer el testamento de forma libre y voluntaria.

  • Fraude

Si se demuestra que el testador fue engañado o manipulado para hacer el testamento, puede ser impugnado por fraude.

  • Demencia

Si se demuestra que el testador no tenía capacidad mental para hacer el testamento, puede ser impugnado por demencia. En este caso, se debe demostrar que el testador no entendía la naturaleza y efectos del testamento en el momento de hacerlo.

  • Enfermedad

Si se demuestra que el testador estaba sufriendo de alguna enfermedad que afectaba su capacidad para hacer el testamento, puede ser impugnado por enfermedad.

En estos casos, la ayuda de un Perito Psicólogo es esencial para ayudar durante el proceso judicial para anular un testamento, que presentará su informe ante un juez, que tendrá la última palabra en este proceso.

Existen cuatro motivos principales por los que impugnar un testamento:

  1. Se ha firmado el testamento sin tener capacidades para ellos, como las citadas anteriormente para cualquier testador.
  2. No se respetan las cuotas legítimas a las que tienen derecho los herederos (un tercio)
  3. Cuando en un testamento no está mencionado alguno de los herederos forzosos (preterición)
  4. Defectos de forma en la redacción del testamento, como no incluir la fecha o la firma o la presencia de un mínimo de testigos cuando lo requiera el Notario o lo exija la Ley.

¿Cómo impugnar un testamento?

Generalmente, un testamento está respaldado por un Notario, que da fe de que (en su opinión) el testador tenía las suficientes capacidades para realizarlo. Pero como esta opinión del Notario no está basada en criterios sanitarios, sino son criterios subjetivos, el testamento será revisable en un procedimiento judicial.

El procedimiento de impugnación es el siguiente:

  1. Contratar a un abogado que amenice el futuro procedimiento judicial
  2. En caso de que la impugnación sea por falta de capacidad del testador, se necesitará un Informe Pericial Psicológico para evaluar su estado
  3. Presentar una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia de la provincia en la que falleciera el testador. En un plazo de 15 años desde que se recibió el testamento o desde la fecha de la defunción.
  4. Resolución del juzgado sobre la admisión o no admisión de la demanda
  5. Si es admitido, contestarán en un plazo de 20 días
  6. Se intentará llegar a un acuerdo, dónde el Informe Pericial puede ser esencial para conseguir los objetivos del afectado.
  7. Se celebrará el juicio, dónde se exhibirán todas las pruebas e informes que se contengan
  8. La sentencia judicial impugnará o no el testamento, pudiendo realizarlo de manera parcial o total.

En caso de que se declare la nulidad del testamento, se procederá a la repartición de los bienes según las normas establecidas por la ley. Si se declara que ha habido irregularidades en su otorgamiento, se procederá a la anulación de las disposiciones que se consideren irregulares y se repartirán los bienes restantes según la voluntad del testador.

En todos estos casos, la impugnación del testamento debe ser presentada ante un tribunal competente, y se debe demostrar la causa en cuestión con pruebas suficientes. Dependiendo de la jurisdicción, el proceso de impugnación puede variar en términos de plazos, requisitos de prueba y procedimiento. Es importante consultar a un abogado especializado en la materia para obtener asesoramiento sobre las leyes y procedimientos aplicables en cada caso específico.

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