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El despido es una situación que puede resultar desagradable tanto para el empleador como para el empleado.

Sin embargo, en algunos casos es inevitable y es importante que ambas partes estén informadas acerca de los diferentes tipos de despido que existen.

En este artículo, vamos a explicar los distintos tipos de despido que se pueden dar en una empresa, así como las circunstancias que lo motivan.

  1. Despido Disciplinario

El despido disciplinario es aquel que se produce como consecuencia de una falta grave cometida por el trabajador. Según el Estatuto de los Trabajadores, se consideran faltas graves aquellas que supongan una infracción importante y culpable de las obligaciones laborales, como el incumplimiento del trabajo, agresiones, desobediencia, acoso laboral, o el hurto de material de la empresa, o algún otro incumplimiento contrario a la política de empresa y al Estatuto de los Trabajadores.

El despido disciplinario tiene como consecuencia la extinción inmediata del contrato laboral, sin derecho a indemnización por parte del trabajador. El despido disciplinario puede llevarse a cabo sin previo aviso, sin embargo, el trabajador puede impugnar el despido si considera que no ha cometido la falta grave que se le imputa.

  • Despido Objetivo

El despido objetivo se produce cuando se dan ciertas circunstancias que afectan a la empresa y justifican la necesidad de extinguir el contrato laboral de uno o varios trabajadores. Estas circunstancias son tales como económicas, organizativas, técnicas o productivas.

Para que el despido objetivo sea válido, es necesario que se haya seguido un procedimiento establecido en el Estatuto de los Trabajadores. Este procedimiento incluye la entrega de una carta de despido al trabajador, en la que se deben especificar las causas y las circunstancias que motivan el despido, así como el plazo de preaviso y la indemnización correspondiente.

  1. Despido Colectivo. ERE

El despido colectivo se produce cuando se extinguen contratos laborales de forma simultánea y por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas. Para que se pueda llevar a cabo un despido colectivo, es necesario que se hayan producido ciertas circunstancias que afecten a la empresa, como la disminución persistente de ingresos, la pérdida de clientes o la necesidad de adaptarse a nuevas tecnologías.

El despido colectivo se regula por el Estatuto de los Trabajadores y por el Real Decreto 1483/2012, que establecen el procedimiento a seguir y las garantías a los trabajadores afectados. En este proceso se deben negociar las condiciones del despido con los representantes legales de los trabajadores y se debe comunicar a la autoridad laboral competente.

La indemnización por despido colectivo equivale a 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. Además, se deben ofrecer medidas de acompañamiento, como planes de recolocación, formación o indemnizaciones complementarias, para minimizar el impacto del despido en los trabajadores afectados.

  • Despido Nulo

En algunos casos el despido puede llegar a considerarse como nulo.Un despido nulo puede ser causado por algún caso de discriminación laboral hacia el empleado o por el incumplimiento de algún tipo de legislación. En los casos de despido nulo el trabajador tiene todo el derecho de decidir si quiere continuar con su puesto de trabajo. Además, tendrá que recibir el salario correspondiente desde que le despidieron hasta que este despido se declaró nulo. En el caso de no querer conservar el empleo, le corresponderá el salario hasta la sentencia ya citada más una indemnización.

  1. Despido Improcedente

El despido improcedente es aquel que se produce cuando el empleador no ha seguido los procedimientos establecidos en el Estatuto de los Trabajadores para llevar a cabo un despido o cuando la causa alegada no es suficientemente justificada. En estos casos, el trabajador tiene derecho a solicitar la readmisión en la empresa o a recibir una indemnización por despido improcedente.

Está regulado por el art. 56 del Estatuto de los Trabajadores y recoge las situaciones en el que los empresarios no cumplen los requisitos para realizar un despido, así como sus causas legales.

En caso de ser declarado un despido como improcedente el empresario tendrá la opción de readmitir al trabajador con el mismo puesto y condiciones laborales. La empresa tiene un plazo de 5 días para decidir si readmitir al trabajador o pagar una indemnización, en caso de no contestar, se entenderá como una readmisión.

La indemnización por despido improcedente depende de la antigüedad del trabajador en la empresa. Así, el trabajador tiene derecho a una indemnización de 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Si la antigüedad es posterior a esa fecha, la indemnización es de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades.