
¿Estás interesado en solicitar una incapacidad permanente por espondilitis anquilosante? Si este es tu caso, este post de nuestro blog puede resultarte de gran utilidad.

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Incapacidad permanente por espondilitis anquilosante: tipos de incapacidad laboral
Antes de solicitar una incapacidad laboral, debes de tener en cuenta que existen varios grados de incapacidad permanente por enfermedad o lesiones. A continuación, te contamos cuáles son:
· Incapacidad permanente parcial
Una incapacidad laboral en grado parcial por espondilitis anquilosante, podría reconocerse si el afectado presenta una disminución no inferior al 33% en su rendimiento normal en su actividad laboral habitual.
· Incapacidad permanente total
Si hablamos de este tipo de incapacidad permanente por EA, el afectado quedaría inhabilitado para la realización de las tareas fundamentales o de todas las tareas de su profesión habitual, siempre y cuando, pueda dedicarse a otra actividad laboral
· Incapacidad permanente absoluta
. En este otro caso, supondría que la persona padece una enfermedad o lesión grave, que le impediría la realización de cualquier trabajo de manera rentable o eficaz para la empresa.
· Gran invalidez
Finalmente, la situación de Gran Invalidez ocurre cuando se requiere de la asistencia de otra persona para hacer vida normal. Es decir, a la persona afectada le es imposible desarrollar de forma autónoma muchas de las tareas esenciales de nuestro día a día.
Si quieres obtener la pensión por una incapacidad permanente por espondilitis anquilosante, además de tener en cuenta cómo de graves son los efectos de la enfermedad, es imprescindible tener en cuenta algunos otros aspectos para iniciar los trámites de la solicitud.
Requisitos para solicitar una incapacidad laboral por espondilitis anquilosante
Antes de iniciar tu solicitud de incapacidad laboral por EA, debes tener en cuenta una serie de requisitos. ¿Y cuáles son los requisitos necesarios para dicho reconocimiento? Los requisitos son estar dado de alta en la Seguridad Social, no haber cumplido la edad de jubilación y contar con un mínimo de años cotizados en la Seguridad Social.
Sin embargo, en estos requisitos encontramos algunas situaciones excepcionales, por ello es fundamental que ahondemos un poco más en ellos:
- Alta en la Seguridad Social.
En este caso, encontramos situaciones válidas excepcionales al estar en situación de desempleo, excedencia forzosa o estar de baja médica por enfermedad. También se podría solicitar la incapacidad permanente por EA, si se han cotizado 15 años (de los cuales 3 se tendrían que haber cotizado en los últimos 10 años).
- No haber superado la edad de jubilación legal
También se podría iniciar los trámites de incapacidad laboral si se ha detectado tarde la espondilitis anquilosante, ya que el interesado pudo tenerla mientras estaba trabajando y dado de alta, pero no había sido diagnosticado.
Y, en el caso de que se produzca una jubilación anticipada, si todavía no se ha cumplido la edad legal de jubilación, se puede proceder a dicha solicitud.
- Mínimo cotizado a la Seguridad Social
Por último, debemos aclarar las situaciones que podrían darse, ya que este requisito presenta diferencias en función de la edad del interesado.
- En caso de ser menor de 31 años, el interesado debe haber cotizado una tercera parte del tiempo transcurrido entre los 16 y la edad que tiene en el momento del hecho causante.
- Si el interesado tiene 31 años o más, los años cotizados deben ser al menos una cuarta parte desde que cumple los 20 años, hasta la fecha del hecho causante, siendo cinco años el mínimo.
